Tras más de dos meses de convivencia pacífica, en los que la Acampada Feminista Sol ha ejercido una labor social por las mujeres en el centro de la capital, el Ayuntamiento ha alterado la renovación de permisos, impidiendo su continuación.
Desde el pasado 22 de junio de 2018, en la plaza de la Puerta del Sol se asienta un grupo de feministas con el objetivo de defender sus derechos y el de todas las mujeres y personas no binarias. Durante estos 69 días, desde la Acampada Feminista Sol se ha trabajado en visibilizar las violencias machistas, redactar propuestas concretas que llevar a las administraciones pertinentes y servir de punto de encuentro feminista, organizando eventos públicos y gratuitos. Pero, sobre todo, sus integrantes han intervenido en numerosos casos de agresiones sexuales, acoso callejero y otros tipos de violencia.
Debido a esta última labor social, la de atender a las víctimas de cualquier tipo de violencia machista de una forma empática, cercana y efectiva, la Acampada lleva desde sus inicios ejerciendo como Punto Morado Permanente. Se trata así del primero de estas características en España, autogestionado y con atención veinticuatro horas.
El próximo 31 de agosto, momento en el que la acampada cumple 70 días, será el último día que el Ayuntamiento les permita ejercer su labor veinticuatro horas. Desde la coordinación del Distrito Centro de la ciudad se ha decidido alterar la renovación de su permiso, limitando su funcionamiento a un número concreto de horas del día e imposibilitándoles tener una estructura. Se impide de esta forma la continuación del trabajo de estas personas y, sobre todo, se les prohíbe la asistencia que
ofrecen por las noches, momento de mayor afluencia de agresiones. No es la primera traba a la que esta Acampada se enfrenta por parte de las fuerzas de seguridad y el Gobierno. El colectivo ya sufrió un intento de desalojo. Y, a pesar de la promesa por parte del Gobierno local de suministrar los recursos necesarios para ejercer como Punto Morado, la Acampada aún no ha recibido la estructura necesaria y se le niega tener en su espacio necesidades básicas como agua, papeleras o un baño portátil. Estas son las condiciones precarias en las que se desarrollan las labores en defensa de nuestros derechos. Labores que el Estado no está ejerciendo.
Y trabajando, además, de forma gratuita. Al final, los cuidados y la precariedad caen siempre del mismo lado.
La necesidad de un Punto Morado Permanente responde a una emergencia social que actualmente el Estado no está solventando de manera efectiva. En lo que llevamos de año, se han perpetrado 63 feminicidios* 1 . El año pasado, 16.744 varones fueron condenados por violencias sobre la mujer* 2 . Y el número de quienes nos agreden y asesinan crece año tras año. Sólo entre abril y junio de 2018 se han registrado más casos de violencia sexual que en los doce meses de 2016 y 2017* 3 . Pero no sólo hablan las cifras. Ejemplos como la puesta en libertad de los cinco violadores de “La Manada” o la
impunidad ante las 400 temporeras violadas en Huelva ha indignado a la sociedad, sentimiento que se ha materializado en manifestaciones masivas y en la propia existencia de la Acampada.
Para poder seguir con esta labor, desde la Acampada Feminista Sol pedimos de nuevo el apoyo de quienes nos lo han mostrado desde el principio: la ciudadanía.
Firma aquí: https://bit.ly/2PjbLzO
Més informació a: Acampada Feminista Sol